6 de noviembre: Ginebra, pero sin tónica

Hoy es el día. Después de tanto sufrimiento y pandemias y viruses y todo lo malo que nos podía pasar, los mochileros emprenden ruta hacia Suiza y sus lagos y sus montañas y sus suizos tan majos ellos. Levantarse temprano, Uber y al aeropuerto a la T4.

¡Coño! Me he equivocado y nos vamos a la puerta de Zurich en vez de la de Ginebra porque hay un vuelo a la misma hora. Me he liao... ¡Ya en la 433! Está lleno de críos: los niños viene de Ginebra, no de París. Presentamos todo el papeleo del COVID y pa dentro.

¡Qué bien! He conseguido dormirme un rato en el avión durante el vuelo. Hay solecito en Ginebra pero parece  que la temperatura es fresquita. Bajamos del avión  y nos vamos al Rent a Car a por el coche: lo hemos cogido en Europcar. Pues nada, le dy mi carnet de conducir, mi DNI y mi tarjeta de débito... que no vale porque tiene que ser de crédito. Menos mal que lo sabíamos y vinimos preparados con una credit card de Sonia así que se la damos y... no vale ¿Como? No funciona. Espere, será el límite de crédito, lo subimos... No vale ¿Qué pasa? Llamamos al banco... Todo está bien. Prueba ahora. Tampoco. Me acerco a AVIS y la chica me dice que puede hacernos el favor de usar una tarjeta de débito... Probamos por última vez en Europcar ¡Ahora sí! Cuando llegue a España me saco una tarjeta de crédito para estas cosas que siempre nos pasa. Bueno, cogemos el P51 y en la plaza 235 está nuestro coche. ¡Un Ibiza! ¡Manual! Me la pela... Nos vamos ya...

Dirección Hotel Ibis Nations Centre... Por cierto, el puto formulario de entrada no nos lo han pedido en ningún lado. El hotel no es de lujo pero tampoco es lo peor. Es un Ibis así que está todo dicho: un recepcionista poco simpático nos dice que si aparcamos en la calle es más barato pero hay que darse de alta en www.multipark.ch así que me doy  de alta y por diez francos... coche aparcado.

Habitación austera pero nos sirve para lo que queremos: nos han cobrado 30 francos por early checkin... Aquí cobran por todo y nada barato.

¡Eah! A la calle: le preguntamos a otro recepcionista igual de simpático por el city centre y nos da un plano y la dirección a seguir. ¡Venga, empezamos a andar! Bajamos la calle y buscamos ya un sitio para comer donde no nos crujan: veinte francos una burguer en Five Guys así que preferimos otro sitio. Al final, vemos Au Petit Chalet... comida suiza. Dos rostis por favor, pero vienen llenos de cebolla y amablemente el camarero nos los cambia por unos spaguetti al pesto con sabor a aire. El rosti no es nada del otro mundo. una cerveza, diez francos. Para mí agua, por favor. Con gas.

Ya comidos vamos hacia la Catedral de San Pedro, cruzando el Ródano por el Pont de Mont Blanc. Vemos el Jardin Anglais con el reloj de flores. El Jet d'Eau, apagado. Cruzamos la calle y llegamos al meollo, a la Vielle Ville. Salimos por la Plaza de la Madeleine con su carrusel hasta la catedral. Austera. Pobre. Y lo único destacable es la Capilla de los Mamelucos.

Salimos al Treille a ver los castaños, el banco de madera más largo del mundo y las vistas y volvemos al meollo. El Hotel de Ville y el primer edificio de la Cruz Roja, un par de edificios monumentales y al Victoria Hall. Con esto, ya has visto todo el city centre; así como te lo digo.

Así que la idea es pasear hasta ver una cafetería pero éstas, no existen en Ginebra así que volvemos a la Vielle Ville porque allá vimos una cafetería, Philppe Pascoet, que clava sólo cinco francos por un café... un chollo, vamos.


Con el café, paseamos por el Museo de Historia Natural y buscamos la parada del 8 para volver. Llegamos y una niña nos dice dónde cogerlo. Venga, en dirección contraria. Se lo preguntamos a un tipo y nos lo dice. Nos bajamos, esperamos al otro lado y ya sí, rumbo al hotel. Por cierto, con el checkin de los hoteles te dan un bonobús para ese día, para no tocar el coche.

Ya en el hotel. un poco de habitación y buscamos un supermercado para comprar algo para cenar pero todo está cerrado así que entramos en "El Derby": garito dudoso falsamente llamada español con menos glamour que un chandal con tacones donde degusto el peor San Jacobo (Cordon Bleu en estos lares) de mi vida. Quemado, aceitoso y en un asqueroso puré de espinacas. Para olvidar. Hecho de menos el rosti de la mañana, Sonia, una tortilla. Por lo menos, la Valeisanne o como llame está bien. Tipo Ale. Nos comemos la bazofia y al hotel, a por un café que mañana dejamos esta ciudad tan divertida.




Comentarios

Entradas populares de este blog

7 de noviembre: Asterix en las Olimpiadas

8 de noviembre: we are the champions